Entrevista Motivacional
La entrevista motivacional es alentar al cliente a convertirse en un participante activo en el proceso de cambio al evocar sus motivaciones intrínsecas para el cambio. Y todo esto a pesar de la ambivalencia y lo que a menudo parece resistencia, que se considera una parte normal del proceso de cambio.
La entrevista motivacional (EM) se basa en cinco principios generales: expresar empatía, evitar la argumentación, soportar la resistencia, desarrollar discrepancias y apoyar la autoeficacia.
1. Expresar y mostrar empatía hacia los clientes
Los consejeros o psicólogos expresan y demuestran empatía cuando discuten comportamientos, pensamientos y eventos de la vida en los que los clientes participan regularmente. Al expresar empatía, los consejeros pueden comenzar a construir una relación y confianza que, a su vez, puede ayudar a los clientes a ser más abiertos, compartiendo más de su historia personal, luchas e inquietudes. Este principio también acepta que los clientes pueden ser ambivalentes durante las sesiones de consejería, especialmente al comienzo de la consejería. La escucha hábil y activa que refleja lo que el cliente comparte es otro componente de la práctica de este consejero principal.
2. Apoyar y desarrollar la discrepancia
Durante la entrevista motivacional, los clientes dan razones para cambiar su comportamiento, en lugar de ver a los consejeros como figuras de autoridad con las respuestas correctas. Por ejemplo, los clientes pueden decidir dejar de beber alcohol para construir relaciones saludables con sus hijos. Si los clientes exhiben comportamientos y toman decisiones que los alejan de sus metas, los consejeros señalan gradualmente esta brecha entre los comportamientos y las metas a los clientes.
3. Lidiar con la Resistencia
Cuando los clientes se resisten a cambiar su comportamiento, los consejeros no confrontan la resistencia del cliente. En cambio, los consejeros evitan luchar para que los clientes vean su punto de vista. A medida que continúan las discusiones, los consejeros trabajan con los clientes para que vean y examinen diferentes puntos de vista, lo que les permite elegir con qué puntos de vista quieren quedarse. Además, la resistencia, cuando ocurre, es una señal para que los consejeros modifiquen su enfoque de la terapia de conversación.
4. Apoyar la autoeficacia
Se hace sentir a los clientes que son capaces de lograr el cambio que desean. Este principio implica que los consejeros discutan y señalen los éxitos de comportamiento y de vida anteriores que los clientes han experimentado. Por ejemplo, los consejeros pueden recordar a los clientes que se están recuperando de una adicción a las drogas que mantuvieron un trabajo durante dos años y que han estado libres de drogas durante seis meses. También se discuten las fortalezas y habilidades actuales o anteriores que poseen los clientes, lo que aumenta la creencia de los clientes de que pueden cambiar.
5. Desarrollo de la autonomía
Los consejeros demuestran a los clientes que el auténtico poder para cambiar proviene de adentro, no del consejero. Esto enfatiza la idea de que no hay una sola manera de lograr el cambio que los clientes quieren. También se expresa a los clientes que ellos son los últimos responsables de cambiar su comportamiento. Además, los consejeros escuchan mientras los clientes desarrollan una lista de pasos de acción que pueden tomar para cambiar su comportamiento.