En primer lugar, el denominado Standardized Language Profile o SLP refleja el nivel de competencia lingüística alcanzado por los profesionales de la Seguridad y Defensa Internacional en el entorno de la OTAN. Dicho perfil se establece a través de una secuencia de cuatro dígitos que representan las cuatro destrezas en la adquisición de los idiomas. El orden de las destrezas es inalterable, con lo que responde al principio de estandarización y evita equívocos entre el personal implicado. Este antepone las destrezas de comprensión a las de expresión, y da preferencia a las orales sobre las escritas. Para cada una de ellas se determinan seis niveles de competencia lingüística, que abarcan desde el 0 al 5.
Así pues, el perfil lingüístico tomará como referencia dos coordenadas:
- Según las destrezas:
- Comprensión oral
- Expresión oral
- Comprensión escrita
- Expresión escrita
- Según los niveles establecidos:
Nivel 0: sin competencia Nivel 1: supervivencia Nivel 2: funcional
Nivel 3: profesional Nivel 4: experto
Nivel 5: nativo (muy culto)
Al establecer un nivel determinado, siempre estará precedido por las siglas SLP, seguidas de los cuatro dígitos que marcan los niveles obtenidos en cada una de las destrezas y en el orden expuesto anteriormente.
A modo de ejemplo práctico de un perfil determinado se tomará el siguiente: SLP 3322. De acuerdo con este perfil, se deduce que el candidato domina las destrezas orales sobre las escritas, al haber obtenido un nivel profesional (3) en la comprensión y la expresión orales, y un nivel funcional (2) en la comprensión y expresión escritas.
Los exámenes de SLP constan de cuatro pruebas, una por cada una de las destrezas principales: las de comprensión oral y escrita de elección múltiple, cuyo contenido engloba en su mayor parte, y como es lógico, temas de diversa índole militar. La prueba de expresión oral tiene una duración de 15 o 20 minutos aproximadamente; y la de expresión escrita consiste en la redacción de un texto sobre temas rutinarios dentro del ámbito profesional o en niveles más técnicos y abstractos, con una extensión de entre 180 a 300 palabras, cuyo formato incluye desde un simple correo electrónico o carta informal hasta correspondencia formal, artículos de revistas, informes, ensayos sobre temas más complejos, entre otros y siempre en función de los niveles de los que se examina.
El personal que forma parte de los tribunales de acreditación de perfiles lingüísticos debe familiarizarse con los descriptores que los definen en cada una de las destrezas. Para ello, se hará una breve descripción de cada uno de los niveles, aunque para un conocimiento más exhaustivo deberemos consultar el STANAG 6001 Ed. 5, versión 2, donde se explican las competencias que el candidato debe poseer para la obtención de la acreditación correspondiente.
De acuerdo con lo expuesto en dicho documento se ha elaborado una escala holística que nos permite distinguir fácilmente entre los diferentes niveles. Estos se establecen como sigue:
NIVEL 0: se comunica en el nivel de palabras aisladas y frases memorizadas por su frecuente uso. Maneja información básica sobre temas personales, fórmulas de cortesía, expresiones de tiempo, números y objetos comunes. Se producen constantes rupturas en la comunicación. La comprensión por parte de un hablante nativo no acostumbrado a uno no nativo es inexistente.
NIVEL 1: es capaz de realizar preguntas y responder cuestiones sobre temas sencillos, rutinarios y familiares. Puede participar en conversaciones cortas e intercambios en forma de mensajes en un nivel muy básico. Se producen frecuentes situaciones de ruptura lingüística, aunque con esfuerzo puede ser entendido por un hablante nativo no acostumbrados a extranjeros.
NIVEL 2: puede comprender y producir descripciones detalladas, instrucciones, dar direcciones, narrar hechos en presente, pasado y futuro; y resolver situaciones de alguna complejidad relacionadas con su entorno personal, intereses y acontecimientos actuales. Es capaz de afrontar requisitos laborales rutinarios, tales como informes, memorandos o procedimientos. Muestra seguridad en la mayoría de los contextos sociales y laborales rutinarios. Puede ser entendido por hablantes nativos no acostumbrados a extranjeros, aunque se produzcan algunas interferencias en la comunicación.
NIVEL 3: puede comprender y expresarse en contextos formales complejos tales como toma de decisiones, exposición y defensa de opiniones, discutir sobre un amplio rango de temas profesionales. Maneja documentos extensos tales como artículos, editoriales, documentación laboral (informes, actas, etcétera). Muestra un gran control del idioma en contextos profesionales y sociales.
NIVEL 4: es capaz de comprender y producir un lenguaje rico en matices en contextos de gran complejidad, tales como negociaciones y exposiciones entre otros. Maneja un amplio rango de temas profesionales en un nivel de experto. Utiliza el idioma mostrando un gran control, de forma precisa y fluida.
NIVEL 5: muestra una competencia lingüística equivalente a un hablante nativo, con un conocimiento profundo de una amplia variedad de temas de gran complejidad y un control total sobre el idioma.
Además de los seis perfiles que se han presentado hasta ahora, existen los niveles “plus”, que se introdujeron a propuesta de la delegación de España en la Conferencia anual celebrada en Estambul, Turquía, en mayo de 2010. Para entender qué es un nivel “plus”, hemos de remitirnos al documento maestro donde se especifica que:
Un nivel “plus”, […], se define como un nivel de competencia lingüística que se encuentra mucho más allá de a medio camino entre dos niveles base. La competencia de un nivel plus excede considerablemente las habilidades del nivel base inferior pero sin cumplir completamente, o de manera consistente, todos los criterios establecidos para el nivel base superior. (STANAG 6001 ed. 5, versión 2, pág. 13).
A este respecto, no todos los miembros de la BILC son partidarios de incorporarlos en sus baremos. Por ello, la NSO ha optado por incorporarlos al documento y dar libertad a los diferentes países implicados para utilizarlos si lo consideran conveniente. Se puede observar en la página V del documento maestro que el centro de examen de Bélgica rehúsa tomar en consideración dichos niveles intermedios.
Una vez analizados los tres documentos fundamentales que establecen el acuerdo entre la OTAN y la BILC, su política de actuación y las directrices por las que todos los países implicados deben regirse para determinar y acreditar los diferentes perfiles lingüísticos en el entorno de la Alianza Atlántica, se expondrán una serie de cuestiones de índole más técnica, que contribuirán a una mayor profundización en el estudio del sistema de acreditación de idiomas en el ámbito de la Seguridad y Defensa Internacional.